DESDE EL SENTIMIENTO

DESDE EL SENTIMIENTO
Llevaba mil horas, rodando, viviendo,
sentía los ojos, la sed, el momento,
andaba desnudo, la flor en silencio,
¡vivía, vivía y me iba muriendo!

Lloraba cansado, furioso, sintiendo
que toda la vida se iba entre medio,
una despedida, un solo recuerdo,
se iba la vida, se iba sintiendo.

Hablaba en voz alta, soñaba riendo,
comía el destino en forma de viento,
dudaba de todo, dudaba del tiempo,
parecía todo, un trágico cuento.

Buscaba la noche, el calor del verso,
una ruta estrecha se iba atardeciendo,
algunas veces llegué a ser de nuevo
el barco que cruza las sombras en vuelo.

Y, sin embargo, ¡qué largo es el sueño
donde nos perdemos en horas de encierro!,
¡Qué dolor de huida, qué mirar sin cielo,
qué tarde tan fría inunda mi cuerpo!

Nada me decía dónde estaba el término,
dónde se escapaba el rumor etéreo,
desde dónde el aire traspasaba verbos,
para dónde la llave abría el deseo.

Aquí entre el fuego me quedo, me quedo
adorando algo que eterniza el fuego,
una nota efímera de vapor y eco,
un ver sin ser visto entre tanto duelo.

 

 

 

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